“En
esta ciudad, el poder no lo es todo… es lo único que cuenta”. Intrigas y
manejos secretos, corrupción, tráfico de influencias y sed de poder serán solo
algunos de los aspectos menos luminosos de la vida política que transitará
Boss, la nueva serie de TNT que con el protagónico de Kelsey Grammer llegará en
estreno exclusivo para la región a partir del 12 de abril, los jueves a las
9:30 p.m. con opción de audio SAP para los que deseen escuchar la serie en
idioma original.
El
show, nominado como Mejor serie de televisión en los últimos Golden Globe,
sigue a Tom Kane (Grammer), el alcalde de Chicago, quien maneja los hilos de la
red de poder. A pesar de ser el más eficiente funcionario de la historia
reciente, un desorden neurológico degenerativo amenaza con quitarle todo. Ya no
puede confiar en su memoria, en sus aliados, y ni siquiera en sí mismo.
Decidido
a permanecer en el cargo a cualquier precio, Kane oculta su enfermedad a todos
quienes lo rodean, con excepción de la Doctora Harris. Mientras tanto, en su
entorno están demasiado ocupados con sus propias vidas como para notar
cualquier irregularidad.
Su
mujer Meredith no sabe nada, y mantiene su matrimonio por conveniencia. Kitty
O’Neil, su asistente, tiene sus sospechas, pero no dice nada. El jefe de staff,
Ezra Stone, no alcanza a comprender la situación y tampoco se hace demasiadas
preguntas. Y el secretario del tesoro Ben Zajac está demasiado concentrado en
concretar sus ambiciones políticas. Solo su hija Emma sospecha que algo no está
bien con Kane, pero, ¿sabe lo suficiente como para descubrir su secreto, y lo
que esto implicaría para su carrera política?
Para
Grammer éste es su primer rol dramático en televisión, luego de descollar en la
comedia con éxitos como Frasier y Cheers. Y vaya que ha entrado al género por
la puerta grande, pues su debut le ha valido nada menos que un Golden Globe®,
galardón que viene a sumarse a sus anteriores cuatro Emmy®, dos Golden Globe® y
un SAG Award®, todos por su inolvidable Frasier Crane.
El sólido
elenco se completa con Connie Nielsen (Gladiator), Kathleen Robertson (CSI, Law
and Order), Martin Donovan (The Dead Zone, Fear Itself), Hannah Ware (Shame,
Cop Out), Jeff Hephner (Drop Dead Diva, Easy Money), Francis Guinan (ER, Grey’s
Anatomy), Rotimi Akinosho, Troy Garity (Bandits), Karen Aldridge y Mino Mackic
(Contagion).
Párrafo
aparte para la dirección y producción ejecutiva del show, a cargo del
realizador Gus Van Sant, nominado al Oscar® por Milk y Good Will Hunting, y
ganador en Cannes por Elephant. El creador del proyecto es Farhad Safina
(Apocalypto). Van Sant, Grammer y Safina son a la vez productores ejecutivos.
Richard Levine y Lyn Greene (Nip/Tuck) son productores ejecutivos y guionistas,
mientras que Brian Sher y Stella Bulochnikov completan la producción ejecutiva.
El contexto político de
Chicago
Allá
por la década del 30, Chicago se convirtió en uno de los más despiadados y
pragmáticos ejemplos de gestión política. Desde ese entonces y hasta hoy en
día, su maquinaria política se ha hecho famosa por sus altos índices de
corrupción, con casi un centenar de funcionarios implicados en crímenes de
diversa índole, desde gobernadores a alcaldes; de legisladores a jueces,
extendiendo su influencia a todo el estado de Illinois.
En
la serie, que muestra el resultado de un proceso político que lleva casi cien
años de luchas por el poder en Chicago, el maquiavélico alcalde Kane (Grammer)
maneja la ciudad a su antojo (los contratos, el poder legislativo, y todo lo
necesario para garantizar su gestión), sosteniendo que “la gente de Chicago
quiere que alguien la guíe, que le solucione sus problemas; alguien que genere
y reparta el trabajo; que las amenazas y las revueltas sean neutralizadas; que
sus valores sean resguardados. Y en retribución, le entregan el poder a quien
los lidere y les dé todo lo que necesitan. Es un acuerdo, tácito y elemental. Y
si una de las partes falla, debe atenerse a las consecuencias”.
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